Historia del Arte en Rosario

Pintor y Escultor

Rosario, 1958. Estudió en la Escuela Provincial de Artes Visuales Manuel Belgrano. Continuó en la Facultad de Bellas Artes obteniendo en 1984, el título de profesor.
En 1980, asiste al taller de Mele Bruniard, y en 1983, al de Julián Usandizaga. Desde 1995, estudia Conservación y Restauración con la Prof. Susana Meden.
Se desempeñó como titular en diversas cátedras en el Instituto Superior de Comunicación Visual de Rosario, y en la Escuela de Bellas Artes y Diseño de San Nicolás. Tuvo participación de jurado en diversos salones y bienales.
En 1999, recibió una beca para asistir al Taller de conservación de libros, en Londres, al año siguiente obtiene otra beca.
Un artista que también nos sorprendió con su pronta partida en el año 2005, dejando una huella valiosa, reconocida a través de Premios y muestras.

Obra

Sus trabajos pictóricos, escultóricos, o la fusión de ambos; se basan en la resignificación de obras de diferentes períodos de las artes visuales: románicas, medievales, renacentistas, barrocas, del expresionismo alemán, Van Gogh, Marcel Duchamp, el Pop, el Madí.
En sus últimas obras se pone en evidencia un proceso hacia el minimalismo.
Investigó y aplicó materiales con total desprejuicio; el ensamble o los recursos escenográficos utilizando fibrofácil, bastidores de terciados, tela, cartón, plásticos, metal, o los objetos mismos; patas de muebles, herrajes.
Sus trabajos están construidos de materiales Kitsch pero con tratamientos del barroco. Reprodujo en yeso o cartapesta los mármoles, las uvas y los personajes; recreando con el mismo arte los marcos dorados y las bases de las obras que las obras logrando una resultante de efectos teatrales.
Presentó varias instalaciones utilizando lo pictórico y escultórico.

Respecto a la temática, aplica el choque por contraste para producir tensiones, polarizando épocas, personajes, situaciones, materiales. Abre diferentes frentes, como las miserias humanas que golpean, sea la infancia, lo hospitalario, fluctuando por diferentes lecturas polisémicas: es sarcástico, a veces ingenuo; ironiza con respeto

solemne los emblemas heráldicos del país, alterando sus componentes como para revelar un país bananero.

La producción de Baldemar oscila entre lo visible y el engaño.

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